¿QUÉ ES LO MÁS DIFÍCIL DE ESCRIBIR UN LIBRO? 3
El tema de tu libro no es lo más importante.
Creo que hablamos del tema por el anzuelo que las generosas pesonas que nos preguntan sobre lo que hacemos (escribir un libro). Lo que esas pesonas preguntan normalmente es: “y cuál es el tema de tu libro?”.
Pero es no es la pregunta correcta.
Preguntas mucho mejores serían:
“¿Para qué quieres escribir ese libro?” No “para qué quieres escribir un libro” porque tu libro no es “un libro”. Es tú libro.
Otra buena pregunta es: “¿A quién le sirve tu libro, y cómo le sirve?”.
La siguiente es más bien el inicio de una entrevista o de un interrogatorio: “¿Y cómo lo estás organizando, ya tienes el índice o cómo vas a ordenar, a exponer los temas?”.
Otra buena pregunta: “¿Y es como un documental, o como una película de Adam Sandler, o como una película de Christopher Nolan, o cómo es?”.
Hace unos días un amigo me platicaba que, al enterarse las personas de que lee mucho, la pregunta que invariablemente le hacen es “¿y cuál es tu libro favorito?”.
En cada ocasión mi amigo se confunde.
Por que no tiene “un” libro favorito.
No hay “un” libro que tenga todo lo que él quiere saber, o que le hable de todo lo que le da curiosidad o de todo lo que en algún momento él sabe que debe aprender.
La pregunta “¿cuál es tu libro favorito?” es tan engañosa como “¿cuál es tu comida favorita?”.
Si desde este día y por el resto de tu vida, absolutamente todas las comidas que consumas fueran única y exclusivamente “tu comida favorita”, ¿en cuánto tiempo de plano te daría asco?
Esa noción de “comida favorita” es confusa. Ambigua.
La verdad es que en realidad nadie tiene algo como una “comida favorita”.
La pregunta “¿cuál es tu libro favorito?” es igual de tramposa.
Eso del “libro favorito” tampoco es una buena pregunta para romper el hielo. Cualquiera de las otra no sólo va más lejos y más profundo, cualquiera hace más rica y hasta importante esa conversación que puede empezar por pura casualidad. Con estas preguntas de seguro ni tú ni la otra persona se olvidarán fácilmente.
Deberiamos conversar como las mujeres se arreglan frente al espejo. Lo importante no es lo que te pongas sino la coquetería, la malicia, el dardo que te preparas a disparar. Ni los reporteros prepara sus preguntas así. Así que, de verdad creo que para hacer una pregunta hay que ponerse en los zapatos de una mujer que va a salir antes que en los de un reportero trabajando.
El tema de tu libro es en realidad empobrece la vision, la imagen que proyecta tu libro.
Es maquillaje mal puesto.
Voy al libro de Qatar que escribí.
Si yo respondo, “el tema de mi libro es la historia contemporánea de Qatar”, la pesona que gentilmente me pregunta en ese momento reduce su interés.
Porque automáticamente piensa: “vaya, ese tema, en una escala del 1 al 10, me interesa…”. Por supuesto, nunca te dirá eso, sino que amablemente te hará una o dos preguntas más… y se irá.
Cuando lo pienso, yo que escribí el libro de Qatar siento lo mismo que esa persona que me dejaría sólo.
Yo no me planteee escribir “un libro sobre la historia contemporánea de Qatar”. Esa infromación ya existe en Wikipedia. Es lo que en segundos te entregan las IA si se los preguntas.
Yo quería… descubrir Qatar.
Yo quería meterme en las cabezas de la gente que lo hace.
¿Cómo que “meterme en sus cabezas?”.
Quizás esta imagen sirva: de niño, creía que el interior de las casas era el mismo. Qe todas las casas, aunque se viera distintas en el exterior, por dentro eran iguales a la mía. La primera vez que entré a la casa de un amigo, de verdad me sorprendió lo diferentes que son, el montón de cosas distintas que pueden tener. ¿Y ese cuadro? ¿Por qué tienen esos muebles? ¿Y ese sillón tan pequeñito, quién lo usa? ¿Por qué tantos / tan pocos adornos? Etc.
Los viajeros saben de lo que hablo. No viajas para ver lo mismo que hay en tu ciudad. Estar en el hotel no es conocer un país.
Lo que buscas son las cosas extrañas.
Lo que me sentó en la mesa a escribirlo fue una curiosidad más rica, secreta, divertida.
Los árabes siempre me han parecido exóticos. Entiendo que esa palabra no es políticamente correcto. Ok.
Los árabes sempre me han parecido exóticos. En todo. Por todo. Alguna vez compré un libro sobre cultura árabe que abrí con entusiasmo. La primera frase, la primera oración en el libro era: “La cultura árabe no es tan distinta de la Occidental y comparte muchos rasgos”.
Tiré el libro a la basura.
Es la única ocasión en la que he hecho eso.
El libro me ofendió.
Los árabes no son como nosotros. Comen, rezan, visten, aman, hablan, cantan, trabajan de manera distinta y diferente.
Muchos años después, con ese mismo ánimo, el Mundial FIFA 2022 hizo que pusiera atención… a los árabes.
Y recordé la anécdota que te conté.
Ser consciente de que escribes a causa de algo que de entrada no sabes, es lo más dificil de escribir un libro.