Mover la guerra

Alberto Benitez
3 min readNov 17, 2017

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En el verano del 1941 se dieron las primeras batallas con portaviones. Hoy todos estamos familiarizados con la imagen grandes naves, incluso las llamamos “naves nodrizas”, que cargan y lanzan pequeños aviones, pequeñas naves veloces y armadas de armas pequeñas, ligeras pero eficientes con las que asaltan audazmente instalaciones enormes, costosas, lentas pero poderosas. La idea, no me queda duda es prehistórica: grupos de salteadores corriendo velozmente o en caballos-jeeps-motos-lanchas-aviones-jets que en grupo sorprenden la muralla, el castillo, la isla y golpean y corren, no destruyen pero asustan, roban, provocan. Decenas, centenas de Aquiles que no destruyen pero mantienen en un cerco de terror a la ciudad. La venganza del nómada Abel contra el citadino Caín es que la muralla del miedo es más grande que las murallas de piedra.

Quiero contar lo que pasó ahí, en la primera acción con esta táctica. Al buscar información sobre la batalla necesariamente la encontré de la política. La guerra es la política por otros medios*, y lo es por estas razones: las naciones y sus gobiernos buscan tener y mantener cierta posición y ser apreciados de cierta manera, buscan mantener y ampliar su fama y su posición material. Los políticos son los actores en este drama. Por esta razón que no debemos preguntar qué puede hacer nuestro país por nosotros, sino preguntarnos a nosotros mismos qué podemos hacer por nuestro país*. O hacemos política o la padecemos, a nuestra elección. El lugar que la comunidad tiene frente a y respecto de las otras comunidades está en nuestras manos. ¿Cómo se diseña la fama, el poder y la gloria de una nación: quién y cómo decide qué quiere ser, cómo se da las herramientas para serlo, y cómo ejecuta sus designios? Si uno quisiera hacerlo, ¿cómo debería ser?

Los políticos japoneses ejecutaron esta obra. Los portaviones fueron una de sus herramientas. Es por esto que investigando las batallas con portaviones debía encontrarme, lógica, previsiblemente, con los inventores del arma portaviones pero no de la máquina portaviones. El portaviones no fue un experimento para probar una posibilidad física. No fue un invento técnico. En un invento político, se creó para probar una posibilidad política: para probar que un poder podía extenderse a ciertas zonas de cierta manera de tal modo que le ganaría poder a su poseedor.

Para saber esto hay que saber lo que hicieron los hombres que inventaron esta manera de proyectar poder. Quizás Aquiles sólo desea ganar, pero Agamenón sabe para qué quiere ganar. También lo saben sin duda Néstor, Odiseo, Diómedes y Héctor. En el otro extremo, está el torpe Paris, quién no sabe cómo se metió en una guerra, aunque él mismo haya sido su causa. Los aganémonos y néstores japoneses serán los actores principales en este ensayo.

Por qué y cómo se causó la guerra en la que se usó la máquina portaviones es el tema de este ensayo. Hablaré de lo que son y cómo se usan los portaviones, pero aunque el arma es el fenómeno que observamos no es la causa de la guerra. Detrás de la máquina, detrás de las enormes máquinas están los deseos y las ideas. En esos deseos y en esas ideas me extenderé. Ello son los protagonistas: son los luchadores que se adelantan y pelean. Los protagonistas son literalmente “los que mueven a la guerra”. Cómo lo hicieron será narrado enseguida.

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