AKTIVINYYE MEROPRIATIA

Alberto Benitez
3 min readJul 6, 2020

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O “Medidas activas”, como son llamadas por los servicios de inteligencia norteamericanos.

Consiste en manipular a la prensa internacional, hacer transmisiones clandestinas, manipulación de la economía, secuestros, operaciones paramilitares, terrorismo, hackeo y, manipulación y control de medios para propagar información falsa.

La meta de estas acciones es debilitar y golpear la moral del enemigo y al mismo tiempo crear un ambiente favorable para los objetivos de Moscú. Son acciones para engañar y manipular las emociones del enemigo.

Cuando existía la URSS, los partidos comunistas en distintas naciones servían a estos propósitos. Uno de los casos más famosos, fue el asesinato de Trotsky en México.

Un caso poco conocido fue la manipulación sobre la epidemia del SIDA en la década de los ochenta. Esta información fue revelada en 1990 por el agente retirado de la extinta KGB, Gunter Bohnsack y en 1992 por Yegvgeny Primakov, director del Comité Soviético para la Paz, una agencia de propaganda soviética.

Este tipo especial de medidas activas se llama dezinformatsiya.

DEZINFORMATSIYA

Son técnicas y actividades para difundir información falsa o manipulada y luego filtrada en medios extranjeros.

La década de los ochenta del siglo XX fueron de decadencia para la URSS. Estaban saliendo derrotados de Afganistán, y enfrentaban la agresiva política de Ronald Reagan. En esta década se publica el libro La Tercera Guerra Mundial, de John Hackett, militar británico que expone cómo podría ocurrir ese conflicto. Ese era el ambiente.

En esta década apareció un nuevo virus que sería conocido como SIDA. Sus orígenes eran desconocidos, lo que aumentaba el temor entre el público. Había material para crear una paranoia. La meta de los servicios de inteligencia soviética fue clara: había que meter la idea de que el gobierno de los EU había creado el virus. Como lo dijeron los agentes, la campaña casi se conceptualizo por sí misma.

La primera acción fue publicar una carta anónima en un diario hindú: “El SIDA puede invadir India: la misteriosa enfermedad causada por los EU”. En ella se acusaba que el virus había sido creado en los EU.

En 1985 apareció otro artículo, esta vez en el impreso Literaturnaya Gazeta: “Panic in the West or What Is Hiding behind the Sensation Sorrounding AIDS”, de Valentín Zapevalov.

Y luego un paso más grande: un biofísico de la Stasi (Ministerio de Seguridad de Alemania del Este), Jakob Segal, tomó la batuta. Él fue el personaje que se erigió como el que le presentaba la verdad al mundo, que llegaba a sus manos “por amigos” de la comunidad científica “en todo el mundo”. Segal estaba convencido de la veracidad de la información que le llegaba. Así que se presentó como su vocero. Daba entrevistas y escribía frecuentemente para distintos medios. Publicó un panfleto: “SIDA: su naturaleza y origen”. En el afirmaba que científicos norteamericanos habían hecho experimentos con homosexual es, y que ese había sido el origen de la plaga. Cuando Viktor Zhdanov, director del Instituto Ivanovsky de Virologia, el mayor experto soviético en Sida respaldo la tesis de que el virus se había originado en África, Segal lo acusó públicamente de mentir.

En 1986, confrontado con Karl Seidel, jefe del Departamento de Salud de Alemania del Este, declaró que su tesis era eso, una tesis, aunque “muy probable”.

Del lado soviético, la información fue contagiada en países donde hay bases norteamericanas: Turquía, Corea del Sur. Y, en África.

Pero, la situación soviética, como sabemos, siguió deteriorándose. Y cuando en 1987 se secretario de Estado George Shultz habló con Gorbachev, la revista oficial de la URSS Izvestia, publicó un artículo sobre el origen africano del SIDA.

FUENTE: Soviet Bloc Intelligence and Its AIDS Disinformation Campaign.

Tomás Boghhardt, historiador en el Museo del Espionaje en Washington, DC

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